1x02---> Clandestine party

Seguimos hablando por un rato y entonces le miré divertida.-¿Te apetece bailar?-le pregunté señalando la pista de baile.-Vamos,será divertido....-le cogí de la mano y nos abrimos paso entre la multitud hasta el centro de la pista.Empezamos a bailar y a pasarlo bien,pero la diversión se acabó cuando la policía irrumpió en el local,empezando a arrestar y a pegar a la gente para hacer una redada.-Oh,no,¿qué hacemos?-le pregunté a Chris algo asustada.-Vamos,tenemos que salir de aquí....-me agarré a él y empezamos a caminar entre la gente esquivando los golpes de los policías,aunque lo que no sabíamos es que el perímetro estaba rodeado y que no teníamos escapatoria.Agradecí que sostuviera mi mano con fuerza para evitar que nos separaran.Tenía mucho miedo y de no estar él conmigo no sé que habría hecho.-Vamonos-me rodeó con su brazo para protegerme de los golpes y seguimos caminando entre la gente.Entonces nos dimos cuenta de que todas las salidas estaban bloqueadas así que me llevó hasta la esquina más próxima,confirmando lo que ya temía.-No hay salida-le miré angustiada y nerviosa antes de pasear mi mirada por el local,pensando que podíamos hacer.-¿Y cómo saldremos de aquí? Hay policías por todas partes,estamos rodeados....-concedí a punto del llanto.-Chris....no quiero ir a la cárcel.....-le dije temerosa.No me veía capaz de aguantar ni siquiera una sola noche allí.Había oído que torturaban a los adolescentes con sesiones de electroshock y los maltrataban como si fueran delicuentes.Yo no había hecho nada,ni el resto tampoco,solo queríamos lo que nos correspondía,que nos dejaran vivir en libertad.Suspiré y levanté la mirada hacia Chris apretando su mano en señal de agradecimiento.-Gracias por estar aquí...-murmuré mirándole a los ojos.Al menos con él me sentía protegida y sabía que pasara lo que pasara no dejaría que me hicieran daño.

-No te preocupes, veremos que hacer- dije sin parara de mirar a todas partes, tenia que estar atento estas personas eran tan engañosas que no me sorprenderia incluso que hubiera espias dentro de la fiesta, ciertamente habia algunos adultos pero se suponia que tenian que ser invitados por adolescentes, tal vez eran traidores.

-No vas a ir a la carcel- no iba a dejar que pagara los platos rotos, en ese caso yo debia hacerlo, las cosas se ponian cada vez mas rudas y parecia que iba a llorar, estaba desesperada y yo tambien pero no podia romperme en una situacion como esta -No dejare que eso te pase- y aun en las peores situaciones la caballerosidad salia al flote.

-No te dejare sola- corrobore pues si eso era lo que le preocupaba, a parte de lo de la carcel, queria que se quedara tranquila en ese aspecto, no era tan tranquilizante. Devolvi la mirada y esboze una meida sonrisa, pero seguia sin saber que hacer, al menos no se habian acercado a decirnos nada, tal vez pudieramos salir ilesos.

feat. Luke Stanford
in: Calle, cerca de la fiesta
» 18 años ; estudiante de literatura

- Por poco nos pillan.... – me lo quede mirando un momento. – Si, por poco. – alcé una ceja. – Supongo que gracias, por… ¿la ayuda? – era más una pregunta retórica. - Supongo que...de nada...- Si no nos ayudamos entre nosotros,¿quién nos va a ayudar? - – Uhm… Desiré, Desiré Graham. – me presenté y le eche un vistazo más detalladamente, no estaba mal el muchacho después de todo, quizás la noche se podía mejorar. - Luke Stanford... – hice un poco de memoria por si es que, por un casual, lo conocía… pero no la verdad es que no, aun no lo conocía. Se asomo a la calle para ver, digo yo que sería, y después volvió hacía mi.. - Creo que ya podemos salir, aunque será mejor que nos alejemos de aquí lo más posible....no sé si has estado ya en la cárcel pero a mí no me apetece nada volver... – solté una carcajada, siempre ironía, y me lo quede mirando. – No, pero tampoco me hace una ilusión enorme pisarla por primera vez. – sonreí. - Por cierto, ¿como es que no estabas en la fiesta? Pensaba que medio mundo estaría en ella... – pase mi mirada de arriba abajo sobre él y ladeé la cabeza. – Podría preguntar lo mismo de ti. – me encogí de hombros; era mono, pero bueno tampoco tenía que darlo por un ser bondadoso que solo quería hacer un gesto altruista para conmigo, quien sabe si no era un infiltrado en la policía, aunque no lo veía la verdad. – No todo el mundo necesita una fiesta para divertirse, Luke, ¿por qué puedo llamarte así no? – ladeé la cabeza – No sé, es que hay personas que le gusta más el apellido, lo sé cosa rara, pero cierto. – arrugué la nariz. - Sí, claro que puedes llamarme Luke....¿a ti como te gusta que te llamen? ¿Dess? ¿Dessie? ¿Desiré? ¿Graham? – me encogí de hombros. – Me es indiferente, como más te guste. – la verdad es que me llamaban de tantas formas que ya me daba un poco lo mismo como me terminasen llamando. - Y yo sí necesito una fiesta para divertirme, pero he visto el panorama y he decidido mantenerme al margen, como he dicho no quiero desperdiciar otra noche en la trena...aunque es una putada que ya no nos dejen ni divertirnos... – puse los ojos en blanco. – Bueno alguna idea de donde podemos ir, lejos de las miradas indiscretas de la policía, o cualquier subnormal que piense que hablar con el sexo opuesto no es más que una declaración de Guerra Mundial. – le apremie para que dijese algo. - Tengo el sitio perfecto para eso...vamos, no está muy lejos, además que si evitamos las calles transitadas y con toda la policía centrada en la fiesta, no creo que tengamos problemas para llegar.... – bueno eso era mucho mejor que nada, eso estaba claro. Lo vi tomar las precauciones adecuadas y después salir del escondijo donde estábamos para tenderme la mano y ayudarme a salir. – Gracias. – pronuncie cuando estuve fuera y después mire al rededor. – Bueno, tu guías. – le indique para que empezáramos a andar. – Y dime, Luke, ¿qué se supone que hacer con tu vida cuando no estas en la trena, o simplemente tienes tiempo libre? – pregunté, supongo que cuando me tocase a mi decir que trabajaba como estriper en un local a las afueras de la ciudad no se lo creería del todo o me tomaría como una loca desequilibrada.

feat. Max Harrington
in: Fiesta, después calle
» 15 años ; estudiante

- ¡Joder! – exclame. – Hace frío, y odio salir así de una fiesta. – quizás era un poco impetuosa a veces. - Toma, pontéelo. – lo mire unos segundo, y vi como me ponía su chaqueta sobre los hombros. - Gracias. – susurre, y después escuche como seguía hablando. - Tranquila, solo hay que andar unos metros más hasta el coche. – pero el enfado me volvió es que no tenía remedio. – No entiendo todo lo que pasa en este pueblo, de verdad lo digo, ¿que leches le hemos echo nosotros a los imbeciles del gobierno? – alcé una ceja. - ¿A caso es porque no votamos la última vez en las elecciones por su maldito partido? – entonces mire a Max y sonreí. - Vaya, Helen, creo que es la primera vez desde que nos conocemos que te veo tan molesta por algo. Resulta interesante, aunque también desconcertante. Además, ya no estoy tan seguro de que les haya hecho falta alguna razón. – asentí de forma más calmada, y solté aire. – Vale, quizás me cabree, pero es que… bueno déjalo, vamos antes de que le den por venir a buscarnos, ¿si? – sonreí un poco. - ¿Dónde decías que tenías el coche? – pregunté. - Allí. – vi el ya conocido coche de Max, y suspire aliviada con saber que al menos estaba lo suficientemente lejos y lo suficientemente cerca como para que pudiésemos ser personas completamente normales, en una noche normal; quitando claro que no lo éramos. - Procurare no ir muy rápido para no levantar sospechas, después de todo ver a un universitario salir de noche no es tan extraño, ¿no? – alcé una ceja más que la otra y lo mire con cierta diversión. – Espero que no hayas preguntado eso en serio. – reí un poco. – Porque es lo más extraño que puede haber en esta ciudad, un universitario y… una chica de quince años, montándose en un coche yendo a saber donde. – reí, seguro que si lo escuchaba uno de esos polis raros, nos metían derechito en la cárcel. Me monté en el asiento del copiloto. – Aunque sinceramente me da un poco lo mismo, hoy estoy revolucionaria. – si tenía uno de esos días raros que me daban un poco lo mismo todo, e incluso podía cometer una locura. – Así que… ¡no me lleves a casa! – solté alegremente. - ¡Hagamos una locura! ¡Lo que sea! ¿Quieres? – reí emocionada por hacer otra cosa que no fuese lo de siempre.

feat. Ethan Gray
in: Fiesta
» 18 años ; estudiante – periodista del instituto

Bueno seamos sinceros, la fiesta no estaba del todo mal, dentro de ciertos términos, demasiado ruido, demasiada gente, pocas vías de escapes y pocos muy pocos chicos con los que poder mantener una conversación medianamente divertida, entretenida, interesante o en su defecto no mantener ninguna conversación pero entretenerse en otras cosas; para mi era algo bastante factible a decir verdad. El caso es que allí estaba yo después de a ver saludado a Joe y Tommy, y por supuesto a algunos de los chicos que estaban en la asociación; sin nada que hacer, exacto, no tenía nada, nada, nada que hacer y la fiesta empezaba aburrirme de lo lindo, cuando el ruido de algo que no tenía que ver con la música en ninguno de los sentidos me dejo un poco fuera de lugar e hizo que lanzara una mirada a mi alrededor, ¡de puta madre!, ¡la poli!, solté con ironía, y claro lo único que hacía falta es que me encontrasen allí danzando a mis anchas de un sitio a otro; como si yo no tuviese ya problemas en mantener una asociación clandestina, una reputación intachable… Puse los ojos en blanco y me aupé a una de las ventanas cuando sentí como un brazo fuerte me cogía de la cintura y me volvía los pies a la tierra. - saltar también seria un error, todo el edificio esta rodeado – sonreí a la misma vez que él, solo que yo no disfrutaba en lo más mínimo de todo aquello, pero en fin, me habían “pillado” - ¿Y quien le dijo que yo pretendía saltar? – bien podría estar tomando el aire, después de todo era bastante pequeñita.- una pena que una chica tan guapa se meta en esta clase de líos, además tiene cara de lista – esta vez si que sonreí con ganas, el muchacho después de todo sabía ver lo que tenía delante. - ¡Muchísimas gracias! – le solté como si aquello fuese la conversación pendiente entre amigos. – Suelo decírselo a mis profesores, pero no sé porque tienen esa manía de pensar que me río de ellos, ¿de dónde lo sacaran?, no lo entiendo de verdad. – suspire.- por que no explicas que hacías aquí – fruncí los labios en una mueca de disgusto. - ¡Y yo que sé! – solté indignadísima. - ¿Sabe?, yo vivo justamente… - me revolví en sus brazos. - ¿me permite indicarle dónde es? – sonreí mientras miraba su maquinita de los cojones. - ¡Oiga! ¿no pretenderá darme una descarga con esa cosa fea, no? – alcé una ceja con reproche. – Mire que le puedo denunciar por injusticia social. – con que me soltase tan solo un momento podría maniobrar un poco, o si no tendría que recurrir al método más rudimentario. Patada en la entrepierna y salir corriendo.